El riego por goteo permite el cultivo de variedades alternativas a los cítricos y los caquis como albaricoques, kiwis, paraguayos o sandías
Al contrario de la tendencia que se está observando en otras localidades de la agrícola comarca de la Ribera, en Benimodo la población está volviendo al sector primario. La generalización del riego por goteo ha permitido a los labradores experimentar con nuevos cultivos que están reportando a los labradores beneficios.
Tras la crisis vivida en el mundo de los cítricos se apostó por los caquis pero desde la Cooperativa Agrícola de Benimodo se aconsejó que se diversificaran las variedades y hoy la localidad y sus agricultores son referentes en el cultivo de albaricoques, paraguayos, kiwis o sandías. La comunidad de regantes local aprovechó varias subvenciones y en la actualidad las 10.000 hanegadas existentes en la localidad están abastecidas del riego por goteo, controlado de forma centralizada y permitiendo que se pueda aportar el agua a 13 céntimos el metros cúbico, incluido el abono líquido. Con dichos precios y un servicio y caudal constante, el agricultor de Benimodo puede apostar por variedades frutales que exigen caudal. Y es que el riego por goteo ha permitido que los agricultores benimodinos gasten un 40 % menos de agua de lo dispendiaban cuando el procedimiento se producía a manta.
Con ello, la balsa de 15.000 metros cúbicos existente en el término y que controla el presidente de la comunidad de regantes, Pepe Puig, es un auténtico manantial para los labradores, de donde sale el agua ya tratada y preparada para un riego adecuado con los niveles químicos necesarios por las diferentes variedades agrícolas en producción, tras exigentes estudios elaborados desde la cooperativa por el técnico Miguel Ángel Vegas. “Siempre aconsejo a los agricultores que me preguntan que diversifiquen sus cultivos para no perderlo todo si pasa alguna desgracia agrícola. Hoy, en el término de Benimodo se plantan muchas variedades”, aduce Vegas. En la actualidad, el cultivo de caquis ya supera a los cítricos en el término de Benimodo. De las 10.000 hanegadas existentes, 5.000 son de caquis, 3.000 de cítricos y el resto de frutales como los kiwis, las sandías o los albaricoques, además de otras variedades minoritarias.
El técnico en la cooperativa local de Benimodo plantó diez hanegadas de kiwis y se ha convertido es un referente en los pueblos cercanos, e incluso de Logroño, desde donde también se ha desplazado una expedición para conocer sus secretos. Son muchos los agricultores que se acercan por sus huertos para poder ver in situ el comportamiento de una plantación que puede situarse como un ejemplo de la vitalidad de dicha variedad. El calibre de la fruta es ya considerable y aún faltan tres meses para la recolección.
El conocimiento de las exigencias agrícolas es vital en la plantación de kiwis ya que, por ejemplo, es imprescindible la instalación de colmenas de abejas ya que la polinización se produce a través de los animales y por el efecto del viento. Además, es necesaria la plantación de un ejemplar de árbol macho por cada ocho hembras. Después están las apuestas por los toldos de colores con división de opiniones entre verde o negro. Uno de los beneficios del kiwi es que actualmente puede ser mantenido en cámaras frigoríficas durante seis meses, por lo que es idóneo para la exportación y su comercialización durante prácticamente todo el año. Aunque la instalación puede requerir de una inversión alejada de las posibilidades de algunos agricultores, otros están apostando por el kiwi por el margen de beneficio posterior.
Los agricultores de Benimodo, además, también cuentan con un sistema de antiheladas que se activa cuando baja la temperatura y que rocía a los árboles de agua para que se mantengan mejor durante la noche. Todo mediante control por móvil. “Quien me lo diría a mí hace diez años”, afirma Puig mientras muestra una aplicación con la que controla el riego de las 10.000 hanegadas del término. La optimización de cada gota de agua es el objetivo último. Hoy lo hacen con menos esfuerzo físico y más tecnología. La misma que está permitiendo que Benimodo (sus agricultores) se vuelvan a esperanzar con el sector primario.