El presente y el futuro de las diputaciones pasa por incrementar su grado de conocimiento, introducir criterios objetivos en la gestión y acabar con el “galimatías” del reparto de competencias a nivel estatal
21/11/2016. Un mayor conocimiento, un cambio de paradigma y un nuevo reparto competencial que acabe con el “galimatías” institucional que presenta a las diputaciones como eje de las duplicidades y, por tanto, las administraciones “prescindibles” en el organigrama estatal. Son los grandes retos de los gobiernos provinciales, según ha considerado el presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, en el marco de la segunda Conferencia de Presidentes Provinciales, que ha tenido lugar en Badajoz.
Sobre la base del equilibrio entre territorios y el derecho a vivir donde cada ciudadano decida, Rodríguez tiene claro que, por encima del nombre de la institución que gestione estos recursos de origen estatal, es fundamental que exista ese ente que garantice los servicios básicos a los municipios, en especial a los de menos de 5.000 habitantes. “Ojalá el problema de España fueran sólo las diputaciones, pero por desgracia el absurdo del reparto competencial es mucho más amplio”.
El máximo responsable de la Diputación de Valencia ha expuesto su visión del futuro de estos gobiernos intermedios en presencia de los dirigentes de las diputaciones, cabildos y consejos insulares de España, reunidos en la Diputación de Badajoz. Una visión que pasa por un “progresivo traspaso de competencias” y en último término por una reforma constitucional que “determine de forma clara las responsabilidades y funciones de cada una de las instituciones del país”.
En paralelo a esos cambios que requieren un quórum político que en la actualidad es complicado alcanzar, Jorge Rodríguez remite a esos retos expuestos en Badajoz. En primer lugar, el esfuerzo por dar a conocer a los ciudadanos “los servicios que prestan las diputaciones y a quién llegan, pues es difícil que nos quieran si no nos conocen”, asegura el presidente.
La segunda cuestión que apunta Rodríguez es el cambio de paradigma en la gestión de estos gobiernos provinciales, que en el caso de la Diputación de Valencia se ha puesto de manifiesto con la introducción de “criterios objetivos en los planes provinciales que han acabado con la losa del caciquismo”. La apuesta es seguir trabajando por una administración “cada vez más clara, transparente y objetiva” y “superar cuanto antes la hipoteca reputacional que nos impide avanzar al ritmo que quisiéramos”.
El tercero de los retos pasa por el nuevo reparto competencial que reivindica Jorge Rodríguez, una estrategia a nivel estatal que debe resolver el “galimatías” en la gestión de las distintas instituciones y evitar “absurdos” como que un pequeño tramo de carretera dependa de cuatro administraciones distintas. En esta línea, propone Rodríguez que las diputaciones deben prestar “menos servicios a grandes ciudades y más a los municipios, en especial los pequeños”.
El presidente de la Diputación añade un cuarto reto, enfocado a la interacción de los responsables de los gobiernos provinciales con sus partidos: “muchas veces, los candidatos destacan en las campañas electorales el papel de estas instituciones, pero debemos alzar la voz y conseguir que el papel de las diputaciones y su importancia para los municipios esté presente en los órganos de decisión de los partidos, de forma periódica”.